viernes, 8 de abril de 2011

Converse rotos

Llegó un viernes cualquiera a mi vida, no lo esperaba, ni lo quería, pero la química suele darse si dos elementos son puestos en contacto, estos eran los componentes correctos para dinamitar la habitación, un catalizador no fue necesario.


Tal combinación causó estragos a 2000 km a la redonda, los converse negros se rompieron, sus botas negras volaron, hubo alegría fugaz, corazones taquicárdicos, explosiones por doquier, una cabeza llena de dudas y al final, sólo me quedé con la agujeta de su zapato, ahora cada vez que la veo al abrir mi cajón todas las mañanas, sonrío, porque quien ha dado cariño se merece eso.

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