martes, 29 de junio de 2010

DIABETES OCULAR

Historias ajenas para endulzar la vista, ya tengo los ojos como garapiñados, tal vez sea tanta azúcar en la mirada la que me impide ver de lejos. Fui a caminar esperando encontrar bolsitas de splenda, me había decidido bajarle a la de caña, hasta gordas se me habían puesto las pupilas, más vale poner las bolas oculares a dieta me dijo mi cerebro, yo obediente(bueno, más o menos) dejé de rentar películas que en el apartado de género dijera, comedia romántica… fue como dejar el cigarro, empecé con dramas, pero parecía cortadora de cebollas no profesional, me acuerdo y me da pena, el miércoles después de mi experimento llegué a la oficina con aspecto oriental, los párpados cerrados, cerrados por lo hinchado, hasta parecía viuda en pena, pore so opté por ya no ir a Blockbuster, en cambio me hice fan de Grey’s Anatomy, ¡ay no! vaya ocurrencia la mía, a las dos semanas me volvió a reclamar la materia gris, en un sueño me reveló(sí imaginen que iba vestido como un ángel) la dosis perfecta a consumir de miel vía oftálmica, -No te pases de listo, le dije, cuál caso me hizo, me contestó: Los patos no le tiran a las escopetas y si te encuentras a un pato armado, no lo dejes ir, te vas a hacer rica… hasta con sentido del humor me salió el sencillito, hazme el favor. Me levanté sudando frío y llena de moscas, parecía animal muerto con una parvada de carroñeros encima, pensé: ¿estaré muerta? Nada de eso, agua endulzada en vez de sudor, caray, cuánto surrealismo contenido en 60 kilos de carne y hueso.
-Está bien, me portaré cual diabética, uts…
Ahora mi abuela paterna me salta a la mente, cual borreguito cruzando la cerca en noche de insomnio.
-       ¿Qué pasó abue, visitando?
-       ¿Tú quién eres?
Teoría comprobada, ni muerta se acuerda de mí, quién me la habrá mandado, quien haya sido, seguro fue para recordarme como terminan los olvidados de cuidar sus indices de insulina. Pero si no es para tanto, a mí nada más me gusta andar de metiche, observando a la gente, a los perros, a los que dan las noticias, a los politicos posando con niños, ahí está lo bonito, lo meloso, lo sentimental y esque a mí me late ese sentimiento, así, como corrosivo, te entra por todos lados, sabrosón, por eso me enamoro, aunque llore, a mí me salen lágrimas de agua de río, nunca de mar. Acúsame pues de voyeurista, o de cualquier otro fetiche, qué te parece si comienzo una nueva tendencia, voyeur abeja(por aquello de la miel), sí, sólo me dedicaré a buscar historias con final feliz, pero qué bonito.
Quiero acordarme cómo empezó esta lucha, iré por “El amor en tiempos de cólera”, sólo para leer el final, inspirarme y a lo mejor me acuerdo.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...