Les comparto:
"Como estoy en un periodo en que lo que busco es aguantar y aumentar la distancia que recorro, por ahora los tiempos no me preocupan. Simplemente me lo tomo con calma y voy aumentando poco a poco la distancia que recorro. Cuando siento la necesidad de correr más rápido, simplemente incremento la velocidad. Pero, si aumento el ritmo, acorto el tiempo de carrera, así que procuro conservar y aplazar hasta el día siguiente las buenas sensaciones que experimenta mi cuerpo al correr".
¿Cuántas veces nos hemos desbocado al iniciar un proyecto? ¿Yo? muchas. Desde luego mi energía termina por disiparse y no encuentro la forma de terminar, dejo a medias y ¿qué sigue? La frustración.
La frustración, lo admito, me ha llevado lejos, estos últimos 3 años he ido de desempleada a conductora de televisión, atleta constante a novia-esposa, nieta que pierde a su abuelita, hija que le dice adiós a su padre, de Tijuana a Zacatecas y de regreso, a empleada de gobierno y de ahí a desempleada, sí, otra vez. A pensar ¿por qué me sigo frustrando? Falta estrategia, encontrar la forma de no perder el ritmo.
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