jueves, 30 de enero de 2014

Ritmo, gancho al hígado de la frustración

Leo por segunda ocasión De qué hablo cuando hablo de correr, de Murakami, por el puro gusto que esto implica. Apenas lo abro y me encuentro con párrafos que bien podría recitarme como mantras cada que salgo a hacer distancia.

Les comparto:

"Como estoy en un periodo en que lo que busco es aguantar y aumentar la distancia que recorro, por ahora los tiempos no me preocupan. Simplemente me lo tomo con calma y voy aumentando poco a poco la distancia que recorro. Cuando siento la necesidad de correr más rápido, simplemente incremento la velocidad. Pero, si aumento el ritmo, acorto el tiempo de carrera, así que procuro conservar y aplazar hasta el día siguiente las buenas sensaciones que experimenta mi cuerpo al correr".

¿Cuántas veces nos hemos desbocado al iniciar un proyecto? ¿Yo? muchas. Desde luego mi energía termina por disiparse y no encuentro la forma de terminar, dejo a medias y ¿qué sigue? La frustración.

La frustración, lo admito, me ha llevado lejos, estos últimos 3 años he ido de desempleada a conductora de televisión, atleta constante a novia-esposa, nieta que pierde a su abuelita, hija que le dice adiós a su padre, de Tijuana a Zacatecas y de regreso, a empleada de gobierno y de ahí a desempleada, sí, otra vez. A pensar ¿por qué me sigo frustrando? Falta estrategia, encontrar la forma de no perder el ritmo.


No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...