Sra. White

Apartó con la mano izquierda la cortina para echar un vistazo al clima de la ciudad, ansiaba un poco de aire frío para variar y no tener que aguantar usar mangas largas a pesar de las altas temperaturas que habían acechado a la población en los últimos meses. Nubes, nubes, colores grises, olor a humedad, esto parecía el inicio de un buen fin de semana, se dirigió a la regadera y al salir abrió con gusto el closet y sacó con singular emoción todo su atuendo para los días de lluvia, particularmente esa blusa morada que resaltaba todo eso que ella deseaba resaltar y ocultaba todo aquello que no quería mostrar..fabulosa, esa era la palabra exacta para describir la sonrisa que le mostró al espejo. Salió del departamento, se colocó los audífonos, el Ipod a todo volumen, ..nobody loves me.. y una oficina esperando que hoy si llegara a tiempo, pero no, hoy no era un día para estar enclaustrada recibiendo bocetos mal hechos, ideas ridículas y piropos estúpidos del jefe. Un día nublado no puede ser desaprovechado, hay que esperar la lluvia, es necesario caminar entre charcos, relámpagos y gente apresurada para no mojarse, eso si era digno vivirse de cerca, no importaba la perfección del cabello liso ahora crespo ni el maquillaje de muñeca ahora corrido, lo importante era el agua, el lodo, el oscilar de los limpriabrisas, la ciudad llena de sombrillas, eso era lo fascinante. El día nublado la llevó hasta el jardín de su antiguo hogar, tuvo que usar el timbre y mentirle al mayordomo diciendo que había perdido las llaves y que el Sr. White le había dado indicaciones de ir a recoger unos papeles, sin dudar, la dejaron pasar. Dejó la sombrilla y la gabardina, limpió sus zapatos, se secó un poco, pero no logró secar sus ojos, subió, quiso confesarse con el corazón, quería olvidar el sueño y regresar a la realidad. Llegó a la habitación que solía ser de la Sra. White, abrió un cajón, leyó cartas, vio fotos, se dejó caer, el Ipod se apagó, vio a Rod, él no la pudo tocar, comenzó a llorar, a llorarla, a extrañarla, a esa joven que lo hizo feliz, adiós, adiós, no pudo, se fue nada más así.