viernes, 5 de mayo de 2017

Cooper a 2,500 msnm

Cuando Julio me avisó que era tiempo de hacer la prueba de resistencia, sentí que el estómago se me volteaba, las piernas empezaron a temblar como cuando estoy a punto de tomar el micrófono en algún evento y el bloqueo mental me orilló a poner pretextos durante una semana. Estaba acostumbrada a que me obligaran a hacer ese tipo de pruebas y seguía al pie de la letra lo que me pedían sólo por cumplir, pero ese no es el estilo de mi entrenador, fue paciente hasta que llegó el 5 de mayo del 2011, a unas cuantas semanas de iniciar nuestro recorrido juntos, y dijo: Cuando estés lista.

Ese momento en el que estás esperando el balazo de salida en las competencias de pista es comparable a eso que cuentan pasa antes de morir, atraviesan la mente a toda velocidad toda clase de recuerdos y pensamientos fatídicos u olímpicos. No era una carrera mas yo sentía que de esas vueltas dependían los días por venir.

A los 12 minutos y la señal de has terminado, caminé muy lento hacia Julio y Memo, repasé mentalmente las vueltas a la pista y a contar con los dedos porque la cabeza estaba ocupada en la recuperación. Registré 2,490 metros a 2,500 msnm, así nació Cooper y mi regreso intermitente al atletismo.

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